Poema I
Sentados en la mesa y en la mesa unos platos
Comida pálida de donde… no lo sé...prestada
La mirada tiene cien años de vida dura y profunda
Y las manos un siglo de grietas de sal y tempestad
el alma cuenta todos los días, en silencio como dormida
un dolor se descuelga, un gesto de lágrima lo recibe,
Casi siempre lo mismo, un invierno, unas horas largas,
las provisiones guardadas, la habitación en penumbras,
reparto tripas de pescado a los pájaros de la caleta
canto de pájaros alegres, amarran emociones lejanas,
Mi ciudad tiene la libertad, mi ciudad es olas, arena.
Desde niño, te observo, mar fértil
Desde joven, te observo, mar desierto.
Desde anciano, te observo, mar deshabitado.
Un día después, dejo de observarte, mar sin vida.
nada que decir, desolación abierta, el hambre no habla,
El hambre grita, o es silencio duro…todo es rebeldía,
Una gaviota emigra, una gaviota débil muere,
Un pájaro desconocido libre cruza por mi niñez
Y se esconde entre rocas y cementerios de invierno
mesa vacía, los días se vuelven preguntas, los días se van,
Días de invierno, días perdidos y sin memoria…busco,
Una vela sueña, en la esquina de la habitación, una llama se va,
Los bolsillos vacios, el hombre y el tiempo son uno y dos,
sin cambios, en las hojas del clima, se escribe una esperanza,
Los asientos tienen la soledad de los años, un pájaro invita,
Y digo no, un pájaro me invita, y digo adiós, un pájaro se va,
estaré aquí, esperando la ausencia del viento norte, viento sur.
Las olas invitan a salir, y busco respuestas, las manos vacías,
El riesgo indolente, y todo parece tener olor a sal y muerte.
Aspiro entre algas, caracolas silenciosas, arena negra y dura.
En la mesa añeja esta el plato vacio de un invierno largo.
pan de un día, agua clara de un niño, el pescador cierra sus manos
las algas han perdido el mar, el pescador busca el pan perdido,…
mi garganta ahogada por palabras, mi alma intranquila y violenta,
la ecuación, padre pescador, abuelo pescador, horizonte y mar
recuerdo los días de invierno, quizás no son los días, quizás la pesca
mínima, o quizás el mar, pescador, redes, ya nada es lo mismo,
En la mes vacía hay un pan, un temporal despierta el horizonte,
La llama de una vela se recoge, un hombre se resigna y sonríe,
Cuánto dura un invierno, pescador? Un pájaro de mar emigra….
Buscara donde cobijarse, como mis manos, buscan montes de mujer,
Mar te dejo ni las pasiones me retienen,…ambos estamos en paz,
Mar no entregas alimentos, has perdido, como el hombre sus hijos
Ya anciano, la soledad lo amarra, el dolor gira como golondrinas
el temporal, viento y sal, abrió surcos de piel…mirada dura y clara,
una vela se apaga, la ciudad duerme, camina un pescador sin regreso.
- Autor: oscar campos ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2010 a las 00:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 178
- Usuarios favoritos de este poema: nellycastell
Comentarios3
Excelente poema que te hace ver una realidad del presente, manifiesto de la necesidad existencial de la lucha del hombre en la vida y la necesidad de los alimentos, el hambre como primicia, muy buen tema y buen desarrollo del mismo, que me hizo viajar por ese mar desolado y no veia nada, todo era soledad y astío..muy bello amigo.
Buen gusto al emplear tus palabras...abrazos!!!
EXCELENTE!!!! el mar es la expresión de tu alma...
Mar te dejo ni las pasiones me retienen,…ambos estamos en paz,
Te felicito y gracias por compartirlo
un abrazo
ALAS
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