Se oculta la estrella en un disfraz,
caen ilusiones en cada gota,
perciben los cantos de forma ignota,
y el placer sereno en diluvia paz.
Duermen los deseos a las velas,
quedando en las cortinas emprendadas,
rugiendo de olvidos y atrapadas,
en sórdido momento entre las nieblas.
¿Qué hay detrás de aquella puerta?
No abre ni con el toque de las manos,
los cánticos grises y fragmentados,
Inefable ante el templo de un alma incierta.
Los unicornios se han rendido en la faz,
arando la tierra en sentido contrario,
el soberbio guardado en un armario,
que se esconde detrás de aquel antifaz.
¡Ahí está!
Se oye su andar silencioso,
se oye su voz misteriosa,
sigilosa y arrogante en la penumbra,
marcado en el asfalto.
Eufórica la arena del desierto,
el reloj aletargado en el tiempo,
tensionados los alfiles,
se han rendido en el juego,
envueltos en la ira y la desesperación.
Excéntrico el lobo en la piel del cordero,
esbirros que acechan con su maldad,
caen las plumas de los ángeles perdidos,
y se ven desde lejos en el surrealismo,
esparciendo la tinta hecha de lágrimas.
Ráfaga de ensueños extraviados,
han caído en el profundo despertar,
pues no hay nada detrás de aquella puerta...
- Autor: Harley Ezel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de diciembre de 2020 a las 19:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: Vogelfrei, alicia perez hernandez
Comentarios1
Abstracto y bonito. Felicidades.
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