Me encontré sola y aburrida, entonces fornique en las sábanas estrujadas
Entre ceja y ceja de curveaba un fruncido manteniéndome callada
No el choque de cuerpos ni chirrido de sudor había irrumpido
Solo piel estirada, en la cama echada.
Pero entre beso y beso, un sentir tan perverso
Se arrastró hacia dentro y no estaba incluido
En las palmas enlazadas y mar de cabellos caídos
Mas tenía miedo aquellos cuerpos, que la llama fuera apagada
No tuvieron más opción, que el fingir estar dormidos.
Y si hubo roce bajo el colchón, fue cualquier sonido sordo a los oídos
Pues cuando el miedo pisa, no le era nada permitido
Por un momento dio gracias, pues estaba en su sudar bañada
Mientras el otro decepcionado, puesto venía el respiro y el espasmo se había ido.
Pues—volvió decidido a no soltarle de su muñeca
Y sin embargo, sin energía, estaba ella ya desecha
Sin más, no era suficiente, no fue satisfecho y encima interrumpido
Ansiaba saciarse de lujuria y su boca de agua se volvía seca.
Volteó sin más pensarlo su cabeza y besó en su rostro cada peca
Estudió su cuerpecito, se sorprendió al sentirse inaudito
Puesto que de su cansada y jadeante boca no salió tan solo un grito
Y a pesar de su fatiga, su traslúcida piel estaba reseca.
Le cubrió con su camiseta, al hacerle un triste gesto, una mueca
Complemento su pequeña figura de donde la sudada ropa no se despega
Con un beso a la frente dijo, hacer el amor aturdido, solo a la soledad le agrega
No quedó más que sudar y soñar, pues escribir sin sentirlo, tal vez sería un infinito delito.
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