Le dijo el ventero que un hombre
que se precie no debe salir sin dineros
ni camisa...
La del alba sería cuando...
Fue muy de mañana sí, cuando abrí la puerta.
Pero fue para irme, no quise, no tuve el valor
de despedirme cara a cara, era mucha la vergüenza...
Ayer por la tarde oímos de las cuatro paredes de nuestro
—hasta entonces nidito de amor— los golpes exhortativos
de los cuatro vecinos según los cuatro puntos cardinales:
norte,sur, este, ese, aquel..., así debía ser el temblor
que sucedía a cada palabra escupida, a cada nota ajena
a todos los pentagramas, esa nota final que cerró la cartilla
del último curso...
No tuve el valor de mirarle a los ojos por última vez, era
la vergüenza mucha y dispersa, y densa de antigua melaza.
Hacía frío, me desperté y levanté como flotando sobre el
enlosado de un apartamento que ya me resultaba apartado,
ajeno, como de otro, todo para ella, para ellos, yo me voy.
Acerqué todo con cuidado al quicio de la puerta, la maleta,
los enseres, los tres trapos que iba a necesitar en el lecho
que se me abría en la acera gris de la calle, el cielo como techo.
Sin trabajo, recién despedido —esto precipitó la química
de los acontecimientos— con un viaje arrumbado en el
próximo autobús que se dignara parar delante.
Mi madre muerta, su cuenco vacío y frío de ausencia, mi
padre alcoholizado esperando la muerte sobre un mísero
colchón de residencia, pendiente del solo juicio final...
¿Dónde voy, qué será de mí? No quiero volver, no debo.
Aquí mismo, al pié de este supermercado que pronto
abrirá las puertas y cerrará las preguntas.
Extiendo la mano a la misericordia del que entra...
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de diciembre de 2020 a las 10:04
- Comentario del autor sobre el poema: A veces, la fría intemperie ofrece mejor asilo que una oscura caverna.
- Categoría: Perdón
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: ..........................
Comentarios3
Que duro...la miseria humana, tras la decepción de la vida puede llevar a hacernos presos de nuestra propia mente.
Eso puede pasar si no lees bien lo que te pasa. Gracias por pasarte Rebeca, un gusto.
Eso es ponerse en el lugar del otro y/ o en los propios.
Un abrazo grande poeta
Así es. Todo lo que se escribe es de alguna forma autobiográfico.
Otro abrazo Tokki.
Uff, fuerte narración con un cierre magnífico. Un gusto leerle querido escritor. Solo queda el perdón.
"¿Dónde voy, qué será de mí? No quiero volver, no debo.
Aquí mismo, al pié de este supermercado que pronto
abrirá las puertas y cerrará las preguntas.
Extiendo la mano a la misericordia del que entra..."
Creo que una historia como esta está detrás de más de uno o una de los que vemos en las aceras. Gracias siempre y felicidades aunque tardías.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.