Hacer eco del amor genuino,
Gritar al viento que el amor existe,
Porque tu existes, eres el ser que da luz a mis días,
Mi manantial se llenó, porque tú me regalaste amor…
Las lágrimas no alcanzarían porque tú me diste un amor eterno,
Cuantas noches pedí al cielo llegar a alcanzar la cúspide del amor,
Hoy, con regocijo lo acepto.
Este amor es lo más diáfano que hasta el momento viví,
Así es el amor de un hijo a su madre…
Así como los pajarillos cantan cada mañana a la vida,
Así la vida me permitió ser madre…
Y en la somnolencia de la mañana escucho el cántico de las aves que insisten,
Alegrías mil, de devoción a un amor genuino.
Estos ruiseñores develan, eh ahí dicen: que en todo tiempo el amor se adueñará de la vida,
Sí, ese amor genuino eres tú mi bello ruiseñor,
Mí amado nene soñador…
Ruiseñor de todos los tiempos…
La vida sin tu amor no es vida en mi caminar.
Nuestra historia dio un giro de noventa grados,
Para ser madre e hijo…
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