Pasó el viento suavemente
por la pradera llena de ruido
las viejas hacían calcetines
reticentes como reumáticas hilanderas.
La sangre era de mármol, de hierático
sabor metálico; alguien, sobre la silla,
encubierta y vacía, entonó el himno inacabado:
este niño, tendrá su propia casa, y su huerta,
su limonero y su jardín lleno de agua.
Los tendrá, si no se tuerce y endereza.
Pasó el viento como una ceniza heladora.
Dejaron las viejas sus calcetas y sus bromas
de viejas. Pasé yo por el mundo
como una centella sin suerte-.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 17 de diciembre de 2020 a las 15:17
- Comentario del autor sobre el poema: Un abrazo queridos lectores!
- Categoría: Triste
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, alicia perez hernandez, Lualpri
Comentarios1
INMENSOS E INTENSOS TUS VERSOS EN TU DECIR Y SENTIR POETICO.
ABRAZOS Y SALUDOS AMIGO. BEN
Gracias amiga Alicia, un abrazo especial!!
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