Abajo podemos

angelillo201





A mis queridos hermanos de los movimientos civiles y anarco sindicales de Castellón, y parte del territorio nacional que habéis demostrado vuestro interés, y apoyo en las múltiples causas penales, de acoso, y de vulneración de derechos humanos en las que estoy inmerso desde hace una década. Estas  me han anclado como un barco varado en la orilla de un valle   llamado Vall d´Uixó. Es un sitio lleno de hermanos  a los que también debo amar y comprender,  alejado de todo odio hacia ellos. Aunque estén al servicio de las vilezas y corrupciones,  y me hagan pasar , junto a los más desafortunados, toda suerte de miserias que acepto de forma pacifica; pero me rebelo contra ellas. Por ello hay quienes me  señalan y difaman, tildándome como  una persona   violenta,  inadaptada, o como un sucio  parasito que quiere vivir de las ayudas sociales y los programas de empleo estatales. En mis hechos se muestra  lo contrario. Lo que realmente se han visto son los campos sembrados por la acción de mi mano. Incluso los que quieren mi mal, me han visto trabajar como el primero sin reconocimiento, sin sueldo,  robándome y deshaciéndome  el fruto de la horas de trabajo e inversiones. Mientras mis críticos más encarnizados han tenido una vida de holganza y bienestar cuanto peor nos iba a muchos. Un año, otro año, otro año, de falta de oportunidades, sufriendo violencia institucional, persecución, pobreza. Así he perdido mi última juventud en la miseria. Y lo he soportado de forma pacifica. A  las instituciones que tan mal me han tratado y me tratan, siempre he acudido  tan solo armado por la palabra, buscando una solución positiva para todos, que han despreciado porque para ellos solo era un hombre insignificante.

Me llama la atención mis queridos hermanos, vosotros los justos que me acompañáis, y me dais vuestras muestras de apoyo, vuestras firmas ,  apoyo económico, y mediático frente los atropellos de la justicia que pretenden silenciarnos, y a mi encarcelarme seis años por propagar odio,  maltratar el medio ambiente y la fauna,  que en la cuestión de los derechos civiles de la gente pobre haya tanto silencio e incomprensión incluso por vosotros. Pero más extraño  me parece, y más desesperanzador que entre los propios pobres no se alce una voz rompiendo el silencio.

Las dimensiones de la pobreza se ocultan en unos servicios sociales no solo ineficientes, sino cada vez más autoritarios. Hermanos míos: el autoritarismo, el acoso y la represión  en servicios sociales, ¡ no es solo un delito repugnante, es una blasfemia!. Una moderna  abominación tan insólita y dolorosa que debería forma parte del onceavo mandamiento:

No acosaras a los pobres ni les negaras su derechos con la burocracia.

 Y se está consumando en silencio el ataque a los pobres. Esto no es de ahora, sino que se produce desde hace años, y a cada crisis social  provocada por el capitalismo  se hace más brutal y despiadada la crueldad con la que tratan a la gente pobre, incluso se les ha prohibido espigolar en los campos donde son humillados, violentados, multados por la policía cuando los ve.

Como yo predico con la luz del  ejemplo y la primera persona, quiero mostraros el cinismo de la renta mínima  como parábola, y ese supuesto interés del gobierno, que es fingido. A mí como a tantos hermanos pobres, les ha sido denegado el derecho a una renta, a cualquiera, incluido en ingreso vital mínimo, por considerar  la agencia tributaria de  que tengo muchos ingresos provenientes de que en un pasado remoto ya trabajé. También se me ha prohibido trabajar  bajo pena de multas y bloqueos de la mercancía recogiendo algarrobas que se deshacen en el suelo como muchos de nosotros   ¿ Cuántos más habrán sido tratados como yo? Imagino que muchos. En los programas de empleo estatal, que son una forma de reequilibrar la injusticia del capitalismo, tampoco se me permite entrar porque ya trabajé en uno. Otras personas lo hacen un año y otro año y otro año.  Algunos un año y ya está, y algunos nunca entran. De este modo funcionan los estímulos del gobierno para la gente pobre. Mi círculo, como el de muchos hermanos se ha ido cerrando lentamente  en varios meses de estrangulamiento  de papeleos estériles y mentiras. Ahora ya el último escalón  con el agua al cuello, viene lo más sorprendente y decepcionante, las críticas a los pobres por parte de nuestros  camaradas de la familia social. Hablando en un sindicato mayoritario  de la situación de pobreza a la que están condenando a muchas personas, os resumiré la respuesta de   gente que está a favor teóricamente de los programas de reconstrucción social estatales, incluso trabaja en ellos como los funcionarios, que no por trabajar en ellos están a favor. Me critican, cosa que acepto, por buscar una solución en estos programas frente mi dificultad de entrar en una empresa privada, y lo hacen con el argumento de trabajé en uno una vez. Sobre la negación del ingreso mínimo, apoyan tal y como esta planteado este ingreso mínimo, y  las otras  rentas para la gente pobre. Como yo acepto sus críticas, ellos deben aceptar las mías como un camarada que construye junto a ellos que cobran todos los meses,  y apoyan al gobierno progresista no por convicciones, sino por ciega lealtad a causa del bienestar  en el que viven haya crisis, guerras, o pandemias. De lo contrario ,  se darían cuenta de que están yendo en dirección contraria a sus propias ideologías  y promesas ellos y el gobierno en pleno por miedo a enfrentarse a sus rivales, haciendo suya   aquella sabia frase de si no puede con tus enemigos únete a ellos. Con  su ineficacia, sus purgas, sus luchas por el poder  desde izquierda unida, a unidas podemos, al llamado partido socialista obrero español, han permitido y colaborado en los barrios pobres para hacer  un criadero de fascistas. Ellos son más responsables que la extrema derecha de la confusión de los obreros. Estos  barrios obreros asistidos por la cruz roja  como en Etiopía  da de comer a los nuevos fascistas, es decir, obreros empobrecidos y rebajados de condición social obrera a paria Mientras  esos sindicatos, y partidos de izquierda suman apoyos cada vez mayores de círculos burgueses y empresariales.

Los que estamos abajo.

No podemos esperar ser salvados por los de arriba.

Nadie de arriba va a parar los  desalojos de una familia sin ingresos. Ni de dos familias, ni de cientos de familias, de miles de familias,

Sino que serán estas familias unidas en su necesidad y organizadas pacifica y civilmente

las que paren los desalojos y permitan volver a sus casas a las familias después de haber aguantando  con el cuerpo la violencia de los golpes de la policía con las manos en alto pidiendo fuerzas al cielo.

Ni los miserables que aguardan un ingreso mínimo organizado por los de arriba, que no esperen más que acabar perdidos en un laberinto burocrático, cuya salida da a un pozo negro de desesperación donde han sido arrojados con todos los desperdicios que tiran los de arriba, tras calcular cuanto cuesta arrojar a la gente a la basura, porque hasta ese coste de vidas arruinadas calculan los burócratas dentro de un edificio lleno de violencia, agrietado y carcomido por la avaricia y la ruindad moral más despiadada.

De que lado están los servicios sociales os preguntáis en silencio muchos descamisados que acudís allí buscando auxilio, ¿ de la gente sin zapatos como nosotros o de un sistema violento que mira para otro lado el origen de la pobreza?

De que lado están esos partidos sociales acusados falsamente de ser socialistas. Muchos os preguntaréis si  de vuestro lado, o de los fascistas y militares  que les acusan de ser comunistas. Lo están de la economía y antes de sacar a un solo pobre del atolladero preguntan a los economistas cuanto cuesta, y a un estadista si redistribuyendo los impuestos consiguen votos de los tenderos. y miran a la prensa a la que dicen vamos a hacerlo,  pero no lo hacen, y se complacen que les llamen socialistas como insulto sus enemigos, pero  más les complace que les griten sus hermanos comunistas traidores , mientras se echan flores  porque dicen ser los más feministas del mundo y marxistas en la intimidad dentro de su mercedes con el que van a la opera de su trabajo en el senado, parlamento y ayuntamientos.

Ellos no creen en que abajo podemos. Si hermanos escuchadme bien gritar:

 abajo podemos.

Aunque todavía está muy lejos el momento  en que lleguemos a subir a lo alto de una montaña y ver libre el mundo, pero bajo tierra, aún estando aplastados, seguimos tenemos vista para poder examinar nuestra circunstancias , nuestras heridas , y debemos hacerlo ajenos a otros que no seamos nosotros,  debemos unir nuestra  conciencia  colectiva para aspirar a subir  arriba, o  nunca lo haremos y nuestra existencia serán tinieblas.. Estaremos esperando subsidios miserables que ni llegan, o cuando llegan son insuficientes y es tarde. Sufriremos la represión silenciosa cada uno por separado, o incluso peleándonos entre nosotros , sin saber que a tu hermano le están quitando los mismos derechos que a ti la misma gente de arriba que vulnera tus derechos a una vida digna.

,Por separado sufrimos las políticas gubernamentales de empleo que  no lleguen a todos, y que han conseguido con ellas cogiendo a unos rechazando a la mayoría llenar  de odio el pozo de miseria donde nos han colocado .No contentos con esto nuestros miserables hermanos de arriba  que  han  sembrado de rabia, racismo, misoginia, individualismo, violencia, anti comunismo, capitalismo y cenizas nuestros corazones,  que deberían ser uno  solo latiendo por su libertad. Hacen grandes  negocios   con las políticas de los de abajo,  mientras nosotros nos matamos por una oportunidad de salir de la miseria.

 Y se ha hecho un silencio tan grande como nuestra muerte que no significa nada para ellos. Y es nuestra voz que parece estar fuera de este mundo en una esfera privada, pero cuando se escucha,  les es más molesta que mil muerte multiplicadas por mil, mil veces. Una crítica a uno de sus funcionarios, un cuestionamiento de esta maquinaria infernal , una palabra que salga de esos centros de sufrimiento  para pobres: albergues, servicios sociales, hospicios,, rentas de limosa, formación que no sirve de nada, verdaderas colonias penitencias de humillación mental, degradación legal , espiritual. Una crítica en este mundo de tinieblas humanas y se  produce el acoso y el castigo encarnizado de servicios sociales  a los derechos civiles de quien sufre el paro, la persecución por motivos religiosos, sexuales, raciales o como en mi caso ideológicos. Yo  llevo sufriendo en servicios sociales violaciones de derechos y de la ley con total impunidad desde hace años, independientemente del color de los que gobiernan. Unos y otros  miran como el resto de la sociedad para otro lado. Desde arriba la mirada pasa de largo porque va vértigo mirar hacia abajo..

Los tribunales los conocemos, muchas de muestras demandas deberían acabar allí  y por justicia ser resuelta a nuestra favor. ¿Pero ¿ existe justicia social en España? Es otro viejo  edificio carcomido y ruinoso que se cae y allí  dentro se pierden los derechos de tantos en grandes laberintos como se protegen los privilegios de unos pocos.

Abajo podemos, si nos reconocemos y avanzamos juntos todos los pobres. Da igual su procedencia, su sexo, su religión o falta de ella si juntas nuestras voces rompen el silencio , para que  se agrande las grietas de esta maquinaria inhumana de violencia que es nuestro sistema, nuestro país, nuestra cultura.

Abajo podemos

volvamos a tener sueños.

Abajo podemos..

Ángel Blasco. Presidente de abajo podemos.

  • Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de diciembre de 2020 a las 07:01
  • Comentario del autor sobre el poema: es necesario un movimiento civil de gente pobre que de verdad haga frente a las desigualdades, su bandera el pacifismo y la firmeza frente a esos partidos de arriba de izquierda, la izquierdita cobarde que les hace promesas que nunca cumple ni le importa lo más mínimo millones de gente pobre ya que mágicamente la han convertido en un problema de cada cual, y hablamos de millones y millones de vida, de la mayoría de vidas
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 16
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