Corazón Indomable

Hoy que me siento tan triste
tu única foto en mis manos tomé,
y un rayo atravesó mi mente
con una imagen que siempre recordaré.

La última vez que estuvimos juntos
dándome todo de ti en esa ocasión,
a pesar que ya percibías el final
me entregaste tu alma llena de pasión.

Me demostraste que no existe fuerza
que supere el poder del amor,
que ni siquiera la muerte puede
quebrar tu indomable corazón.

Jamás te escuché quejarte
nunca te ganó la debilidad,
me enseñaste a no rendirme
y a nunca mirar hacia atrás.

Siempre buscaste lo que te hacía feliz
sin importarte nada más,
tu corazón era un potro salvaje
puro, único y con total libertad.

La tristeza nunca te dominó
siempre tuviste un brillo de alegría,
tenías una fuerza interior admirable
que tal vez solo yo comprendía.

Aquella ultima vez juntos
sentí como tu sangre hervía,
había fuego corriendo por tus venas
y nuestros corazones como nunca latían.

Sentí como nunca tus emociones
algo de ti hacia mi pasó,
parte de tu espíritu se fundió conmigo
parte de tu energía en mi se quedó.

“Jamás te rindas” me dijiste
y también que nunca me dejara controlar,
yo sigo las órdenes de tu corazón indomable
que como ninguno me supo amar.