La lluvia entra en mi cabeza
y me hace pensar,
ya no me interesa
lo que pueda pasar.
Encerrada en mi pieza
escuchando a la vecina llorar,
porque todo empieza
cuando el marido le quiere pegar.
Ella está embarazada,
escucho los golpes,
dejándola destrozada,
no son insignificantes
yo pensé que la lastimaba.
No me olvido de ese día
en el que casi me voy yo,
cuando él me dijo que bajo tierra me quería
la mente se me nubló.
No me podes pasar por arriba,
soy un edificio.
El ignaro me peleaba,
mientras yo hacia silencio
porque sino me mataba.
Comentarios1
Tú fiate de ti misma fuera de ese círculo de terror a esa bestia hay que domarla, ánimo y suerte. Saludos
Gracias por tu comentario 🙂
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.