Oscar Perdomo Marín
CUERPOS
Anoche te soñé, amor mío
y descubrí que tengo un cuerpo;
soy un cuerpo y amo tu cuerpo.
Respiro, camino, duermo y siento
que soy muchos retazos de mi tiempo
y de todos los tiempos.
Mi alma viajera anda en la vorágine
de tres soles cargados de planetas,
en la inmensa geografía de tu desnudez.
¡Oh, amor mío! Voy cargado de preguntas,
en mares avaros de preñar
y ser preñados de vidas diferentes.
Mientras mi vuelo prosigue a saltos en los espacios,
me descubro en mi cuerpo y ¡Oh, hallazgo!
Tengo pies para andar,
boca para ingerir, masticar, besar
y maldecir o bendecir lo que me toca.
Tengo ojos por donde miran todos mis órganos:
los huesos y mi corazón acongojado, alegre,
emocionado de tristezas
y amores trepa con mi aliento tus picachos.
En tus cimas erectas descubro
que tengo manos para tocar,
hacer el pan, sembrar la primavera,
deslizar su hedonista avaricia en otros cuerpos.
Tengo cabeza y en ella, cerebro para pensar
y gobernar todas las cosas que hago o dejo de hacer.
Toda la filosofía del Universo se dibuja en tus labios.
Entre gemidos me preguntas quién soy.
Todo lo que pienses que soy, eso soy.
A veces racional y esclavo de mis pasiones,
vicios y prejuicios cuando la lógica oscurece el amor.
Pertenezco a la especie dominante
que imita a sus propios dioses
y vuela prisionera en los espacios
hasta el fin de las eras.
Soy el gran depredador que lo devora todo.
Soy frágil como una hoja seca cuando el otoño muere.
Soy una muerte que inventa su propia muerte.
Soy la caricia y el odio,
pero sobre todo, soy el amor
que se aloja en mi cuerpo
para amar otros cuerpos.
Derechos reservados.
- Autor: oscar perdomo marin ( Offline)
- Publicado: 19 de diciembre de 2020 a las 22:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
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