(La Torre de Babel, dispersión de las palabras...)
Milenios de Vida en sabiduría
intuyeron la pulsión del Concepto
tremolando clara la voz de la profecía:
-“En el principio fue el Logos, el Verbo!”
Verbo, Palabra o Logos en las esperas,
del Hombre, constructor de cadenas y albedríos
luminosidad o confusión en el ciclo de las eras,
tortuosos los caminos, aún más que los desvíos.
La Voz derramó, certera, vitales alianzas
eco comunicante hacia un mísero establo
de la nimia Belén de las nuevas esperanzas,
llanto pobre y consolador, sonrojado el Diablo.
La Palabra es la rica fe articulada
sermón conductual de la fraternidad
ó móvil promotor de la actitud malvada,
ecuación dialéctica, hoy y en la Antigüedad.
El Niño leudó la Palabra con el sacro pan
síntesis de su anunciado y augural Natalicio
blandiendo pedagogo la cultura de la paz,
filosa espada contra los ruines maleficios.
Niño, Navidad y Natalicio la “N” en un papel
lingüística del Verbo hecho libertaria comunión
pese a que los hombres se dispersaron en Babel,
dudas sobre la guerra ó si gregaria la unción…
¡Navidad! en español es.
¡Natale! en italiano.
¡Natal! en portugués.
¡Nadal en catalano.
Meditadla, ella es la Navidad del Niño
alabanzas por las bondades de la paz
en los dos sumos hemisferios del cariño
canto laico también, lo auscultamos veraz.
Prosiguen aún sin patente pérfidas porfías
moléculas frías de la lluvia tan enhiesta,
miserables muerden en largas sequías
las horas más duras y tristes de la siesta.
Quejidos y lamentos en las fronteras de púa
la campestre férrea prisión de los desnutridos,
desnudos sin la mínima pluma de ningún cacatúa
órdenes cruciales que salen de algunos mal nacidos.
Tonante, coactiva, cobarde, la furia morbosa:
de diez, nueve disparos de fusil dan en el corazón
el carnaval apenas roza un rictus de sonrisa gozosa
afeites de cosmética adicta, pobres idiones que son.
En tanto vuela en lánguida fatiga penúltima mariposa
y la vida ritual , nocturnos floreos febriles, continúa
desde los bajíos y cumbres de la gris ciudad tenebrosa
que solo a ratos se detienen niebla y la gélida garúa.
¿Qué haremos? con la protectora Palabra
que no sean sólo aeróbicos y meros aliños
formato de la pretérita farsa tan macabra.
¡Purifíquese en la ofrenda coral de los Niños!
¡Sí!: Canta un coro de Niños
Pentagrama celestial
Voces blancas de armiños
De un orfeón primicial.
-“No me diga amigo adulto
De cátedra solvente
Hacer del futuro un culto
¡Solo amo mi presente!”
-“No me arrebaten el hoy
Que es mi vida canora
¿La razón que les doy?
El placer de esta hora!”
-“Cecilia navideña me proteja
Un mágico destino
Que aleje la tristeza
El tono de mi trino”.
-“Si es muy pura mi niñez
No temáis el mañana
Que vendrá de una vez
Como luz por la ventana”.
-“Soy niño y veo un hombre
“José Canto, mi nombre.”
-“Soy niña y seré mujer
María Amor, mi querer”.
-“Cantoral de armonías
Batuta diligente
Coros de melodías
Con ¡Pa’ y Ma’ entre la gente!”
Bailen todos mi cantar
Juntos formemos un haz
Vengan todos a corear
¡Un gran Himno por la paz!
- Autor: Charo. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 22 de diciembre de 2020 a las 11:51
- Comentario del autor sobre el poema: Siempre expectante y vigente la esperanza frente a los malhumores de la Humanidad. Siempre una fe que se impulsa en la generación de los niños.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
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