De niño jugaba
a vivir
en mundos
imaginarios
creados a diario
en esa pieza
con paredes de cielo
un mundo
donde Dios
…………
era yo.
Me acompañaban
seres extraordinarios
que se escondían en libros
algunos
detrás de las cortinas
pero solo uno
surgía
lentamente por la pared.
Su imponente cuerpo
parecía una torre de metal
vacía
sin ojos ni boca.
Se quedaba parado
sin moverse
enigmático
misterioso.
Pasaron horas
en que lo observaba
tímidamente le pregunté su nombre
no emitía sonido.
Pasaron días
en los que aparecía
por las mañanas
y se iba al atardecer
sin hacer nada
solo estaba.
El último día
tras unos minutos
le dije que lo llamaría
Hombre
y no respondió.
Acercándome
di vueltas a su alrededor
y llegando
por detrás de él
pude entrar.
Me preguntarán
qué sentí
………...
pues nada
solo me pareció
estar dentro de una cárcel
con forma de hombre.
Salí
me senté frente a él
y le dije
Hombre
desde ahora
si queremos jugar
serás Dios
y yo el hombre.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de diciembre de 2020 a las 10:27
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, alicia perez hernandez
Comentarios2
En muchas oportunidades, más unos que otros no creemos Dios, no sabiendo que Él nos creó según la iglesia, pero cuando estamos en un trance difícil recurrimos a Él para poder irnos con tranquilidad.
Saludos y que sea una linda noche para celebrar al niño.
El hecho de acercarnos a la idea, hace su trascendencia.
Que la paz, sea elcamino a un mundo mejor.
Esteban
Me gusta mucho tu escrito, a veces somos como niños y sentimos que los mandamientos nos encarcelan, si, a veces los mismos hombres en nombre de Dios nos encarcelan, creo que Dios sólo nos quiere ver jugar en un lugar seguro.
Y suele aparecer y desaparecer, como esaestructura de hierro.
Un fuerte abrazo.
Esteban
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