Escucha al mar,
nos deja sus latidos
en las resacas.
No tiene sangre,
si acaso algo preciado
como el salitre.
En él se escuchan
leyendas y recuerdos
entre las algas.
Algunas veces
se ven, sobre las olas,
saltar los peces.
Es algo bello,
un guiño en el paisaje
del ancho mar.
Luego se ven
volar a las gaviotas
desde la playa.
Y allí te vi,
llevabas una rosa
que acariciabas.
Eran tus dedos,
en ellos me fijé,
con devoción.
Me enamoró
la magia de tus ojos
y su reflejo.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/20
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 25 de diciembre de 2020 a las 08:25
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 45
- Usuarios favoritos de este poema: LEONARDO HENRRICY, Lualpri, Tommy Duque, alicia perez hernandez
Comentarios2
Bonito poema y calma
Gracias Miguel Feria.
Saludos.
Lindas letras.
Gracias y feliz navidad!
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