Oigo voces,
los vecinos de siempre
-ruidos cotidianos-
contándo las vidas de siempre
que la noche se traga de un sorbo
y se acaban las palabras.
Que te podría decir?
Por eso viajo solo,
evitando un manantial de sorpresas
con turbios temores,
pero te digo una vez más
que continuaré la búsqueda
de tus mareas con el mismo clamor,
hasta cambiar mi reino de soledad
por tu montura briosa
de nerviosas alas oreando mis oídos
y repitiendo te quieros.
Colgaras entonces
la inoportuna llamada de aquel extraño
y la echarás
como un viejo papel
en un parque sin nadie.
Solo quedará el humo
de aquellas pasiones
profundamente sentidas,
pero ya olvidadas.
En las provincias de mi juventud
se paseaban desnudas las orquídeas,
ahora mi jardín postrero
tiene un brutal destino,
una rosa que me vuelve a estremecer la sangre.
Echaré ancla en tu playa,
aunque quizá mañana
encontraré borrado
el fresco olor de tu estuario
bajo mi cuerpo
y solo seré un marinero más
sin barco y sin destino.
JUSTO ALDU
Panameño
DIc. 2020
- Autor: JUSTO ALDÚ (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de diciembre de 2020 a las 12:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: AZULNOCHE, alicia perez hernandez
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