Hoy no se de espejismos
tampoco del vértigo que provocan los laberintos
que sueñan con la espiral.
El fuego que me cargo sabe aplazar la noche
tiene resonancia en otras moradas;
es el tic tac de una máquina de escribir
haciéndose eterno; en alguna obra cúspide.
Hoy, el caos no entra en mi arpegio
soy un trapecista infalible del circo universal
-¡no sé por cuanto!
- pero, ¿Qué importa?
la mala hierba y sus excesos
no impiden que el mundo se me haga más visible.
Hoy, veo al destierro de las nubes más grises
(aunque sea por un instante)
y con eso basta.
- Autor: Astronauta (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de diciembre de 2020 a las 00:14
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 31
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.