Intitulado CDXXVIII

Leandro Rodríguez Linárez

Odio, olvido…

Nos juzgamos ¡esta cama y yo

nos juzgamos!

Ahora somos inexistentes,

tuvimos la existencia y la dejamos partir.

Ahora no soy yo, esta cama tampoco es cama,

somos torpes puertos que a medias aprendieron su labor.

Ahora, nos merecemos estos corazones repentinos,

esclavos renacidos que martillan y martillan al odio,

al olvido, como dos rocas que se agigantan

en cada golpe de inútiles martillos.

 

LRL

7-1-2021

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