La vi vestida de novia. Un vestido blanco ajustado a su cuerpo regordete y un velo translúcido le cubría el rostro. Aún así, se podía mirar su tez blanca, hermosa sonrisa y larga cabellera trenzada. Sin miedo y con tranquilidad pasmosa, se metió en un ataúd color caoba. Le llame, y se negó a escuchar.
La luz boreal difumino el velo onírico circunscribiéndo de un tajo la cruda realidad. El tic tác del reloj repicó con fuerza señalando la hora matutina
Mi blanca túnica lucia húmeda y de mis manos escapaban gotas frías. Me serví un café, queso y tostadas. No podía borrar de mi mente aquella imagen. ¡Alegre y sonriente la vería al llegar!
Tercie mi bolso y encaminé rumbo a la oficina. Deambuló mi mente por extraños parajes, queriendo indagar, queriendo conocer su significado.
El jefe, un personaje tranquilo. Es su temperamento pacífico como su andar. A la mañana, se quita el saco, lo coloca en el espaldar de su silla, toma el teléfono y llama a sus grandes amigos, a sus clientes. Cuando no, visualiza el periódico, y a la tarde, devora literatura e historia.
Al subir las escaleras, nuevamente el sudor frío en estómago y espada.
A través de la puerta de cristal la miro sentada con el auricular en el oído. Sonríe y agita entre los dedos su lápiz labial. La saludo, me saluda; dirijo mis pasos al escritorio.
El día transcurre en relativa calma. Al atardecer, caminamos juntas en el parque. Hablamos de cosas de mujeres,de hombres,de amores, y dentro de mí, el infierno aquél.
¡Las horas pasan y se pinta en el firmamento el crepúsculo nocturnal!
Me agrada el misterio, la magia, la vida... Y de la noche, el manantial infatigable de sus versos.
¡He ahí mi gratificación espiritual!
Bebo igual, de la fuente sacra del misterio, pues responde a mis interrogantes a través del camino onírico de la esperanza. Hay sueños que se escapan entre mis dedos, y otros, se extienden ante mis ojos, arrastrando el hilo misterioso al actor que me visita en sueños.
Ocho lunas pasaron con sus radiantes soles, y quise hablar, contar a aquella dama la extraña visión.
Al compás de una bebida aromatizante, dije:
– Amiga- estas noches soñé contigo. Era un sueño extraño, tan extraño, que te vi vestida de novia ingresando en un ataúd. El silencio se hizo extenso. La miré...Su rostro pálido y sudoroso. Conocía muy bien de mis aciertos.
El mes llega a su fenecimiento. Me hallo sentada observando a través del amplio ventanal. La soledad se hace mármol. ¡Pesa en el alma!
El teléfono repica interminable y no hay voz al otro costado. El entrecejo se frunce y el corazón siente desolación.
¡La bóveda celeste extiende su manto tachonado el firmamento de luceros!
A la noche, justo antes de correr el velo de mi ventana. Observo el firmamento y sus innumerables estrellas. ¡El silencio ata mi alma a su sortilegio y un nudo de esperanza se teje en el corazón! De pronto, un sonido lastima mis odíos, tomo el celular. Escucho la voz del jefe. Hola, imagina lo que pasó a Lucero. Un hálito horadó mi estómago y bifurcó mi corazón. Un suspiro hecho eternidad…
El padre ha sido asesinado. Le han atacado para robarle y se le fue la vida. Ahora, Lucero yace entre la vida y la muerte. Su padre era su vida.
No dije nada. Una lágrima hecha sangre rodó por mis mejillas.
*Imagen: Créditos a su creador.
Luz Marina Méndez Carrillo/29052016/ Derechos de autor reservados.
- Autor: VITRALES DEL ALMA ( Offline)
- Publicado: 9 de enero de 2021 a las 17:38
- Categoría: Triste
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Classman, Lualpri, Tommy Duque, Tatan Love, LCRNC
Comentarios3
Realmente fue un placer, leer tus hermosas letras.
Gracias.
Lualpri, gracias por tu valoración. Saludos.
WOW, me llevaste extasiado por un viaje en sueños, mismo que no quería que terminara. Me quedé con ganas de más.
Gracias.
Tommy Duque
Tommy, gracias por llegar, leer y valorar mis escritos. Me alegra que te hayan gustado. Saludos.
Amargas como la vida, desoladas como el espanto,hoscas como la lucha surgen tus letras, letras de derrotas que ignoran el sol del triunfo,que se abren con su tristeza opulenta, en espera de la aurora.
abrazos mi poeta.
Kin, gracias por tu valoración. Saludos.
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