Toca mi puerta abierta sin temor,
me embriaga el aroma de aquella flor.
Su boca harta la sed del peregrino
escancia la copa con el buen vino,
en arrebato de instante divino
sin nada personal en el camino.
Como en un sueño ella se acercó a mí,
sin meta tras aquel sueño corrí
Nada personal que lleve a dolor,
pasan los años y aún no adivino
la causa para no quedarme allí.
- Autor: vateignoto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de enero de 2021 a las 06:26
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema y el anterior Mía, surgen en homenaje al famoso bolerista Armando Manzanero. Fallecido a causa del Covid19
- Categoría: Amor
- Lecturas: 48
- Usuarios favoritos de este poema: Alberto Diago, Freddy Kalvo
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