DESDE LO ANCHO BAJÉ A LO ESTRECHO

DESDE LO ANCHO BAJÉ A LO ESTRECHO

 

 

De lo ancho bajé a lo estrecho,

de lo abstracto, me deslicé a lo concreto,

y entre las menudencias concretas

del día a día, encontré cierto buen tono,

personas poco instruidas que leían

con interés los titulares, los picos

de sierra de la bolsa,

y no porque fueran accionistas,

sino solamente porque son curiosos.

La habitación de escasas dimensiones

no permitía la amplitud en los gestos

ni en los movimientos. Las palabras

debían pronunciarse en continuo

roce de los codos

y de las puntas de los zapatos.

Y yo, que había contemplado la planicie

desde el único promontorio disponible,

me vi obligado a mirar de frente

a los otros, a los ojos,

a tan solo unos pocos centímetros.

 

         

Gaspar Jover Polo