Yo te reclamo
y pido que regreses
hasta nosotros.
Eres la luz,
el faro que nos guía
en esta noche.
Porque la vida
sin luz es agonía
e incertidumbre.
Nunca te vayas
del mundo y de la infancia,
¡mi poesía!
Sigue latiendo,
bombéanos tu sangre,
(esencia y ser)
Y es que los niños,
(igual que los mayores)
te necesitan.
Versos que brotan
del mundo y de la tierra
con tu presencia.
Versos y rosas
en rostros y en pupilas
enamoradas.
Versos de niños
en almas de mayores
que nunca olvidan.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/20
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