Ella volaba sin importarle casi nada
su cuerpo fiel testigo de sus actos
lograban hacerla danzar entre botellas vacías
y dibujar en el suelo
la silueta de sus pies
que al ritmo del sonido
intrigaban al mas desprevenido
observando la escultura de su risa
pequeño oasis en las noches de silencios.
Comentarios1
Y la vida había sido para ella la travesía de un desierto hostil.
Desde ya agradecido por sus palabras querido poeta, lo saludo con mucho afecto, abrazos!!!!
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