Nuestra condena...

Al Duborg

¿Quién condenó nuestra lluvia?

¿Señor cuál fue su delito?

 ¡Yo riego el edén bendito,

el hombre es quien lo diluvia…!

ah! de esta razón tan suya,

abril y mayo enfurecen,

las ramas secas se mecen,

en el ayer del candor.

Hoy se marchita la flor,

las mañanas languidecen.

 

La noche sin plenilunio

apaga el collar de estrellas,

se cierran los ojos de ellas,

presagiando el infortunio.

Le cuesta llorar a junio

reza Julio por la ermita,

ojalá, agosto remita,

para refrescar septiembre.

Mudos, octubre y noviembre,

por eso el trueno no grita.

 

Diciembre está sitibundo

lo está matando el calor,

pero enero con dolor

pujando por todo el mundo

y febrero moribundo,

en marzo sufrió un desmayo.

El “Catatumbo” sin rayo,

tiene otro aborto en abril

por culpa del hombre vil,

tampoco florece en mayo.

 

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