Cada día que pasa muero;
y hago del ajenjo el suero;
que inyectado en las venas
hace más largas las penas.
En mi alma sólo hay moscas
que engordan frívolas y toscas
con la carne podrida
de una ilusión perdida.
Pierdo la cordura y el sosiego
cual incauto labriego
cuyas ganas de vivir son pocas
luego de sembrar sobre las rocas.
Y así mi corazón se desmorona
al pie de una fúnebre corona.
- Autor: Diego Riofrío Vivanco ( Offline)
- Publicado: 22 de enero de 2021 a las 08:15
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: LEONARDO HENRRICY
Comentarios1
Excelente e intimista poema!!!
"En mi alma sólo hay moscas
que engordan frívolas y toscas
con la carne podrida
de una ilusión perdida."
Gracias estimada Lucía
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