Paseando por los jardines, junto al río
respirando aromas de rosales y jazmines,
a lo lejos, ella, su silueta,
su esbelta figura, su melena al viento.
Nos aproximamos el uno al otro,
unas miradas bastan para entendernos,
para comprendernos, para continuar
cogidos de la mano, volvemos
sobre mis pasos, en dirección
no premeditada, si consentida.
Caminamos despacio, sin prisa,
no nos importa la velocidad
del mundo que nos rodea,
asumimos cada instante
mirándonos con complicidad
Al fondo, muy lejos, la sierra,
nevada en sus cumbres blancas,
cual prolongación de nubes.
Aquí, el puente romano,
sobre el río vigoroso de aguas turbias,
al lado el colosal Hospital,
con majestuoso plateresco donde,
- Francisco de Quevedo, cautivo,
cumplió su condena, injusta; y
junto al río desbordado, la humedad penetrante.
Complacidos de la exuberante vista,
y sin mediar palabra, nuestras miradas
asienten, tranquilas, plenas.
Quietos, juntos, las manos unidas,
acercándonos, abrazándonos suavemente,
emociones satisfechas, plenas; juntamos
nuestros rostros, acariciándonos,
labios próximos, juntos en un beso… largo…largo…
- Autor: Leoness (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2021 a las 11:19
- Categoría: Amor
- Lecturas: 46
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.