Con mente clara
sonrisa sencilla,
en el santuario del niño
pasé día y noche sin chistar
para poder comprar
toda de rosa la canastilla
de seda y armiño.
Era mi alma para una niña,
ya tenía el hombrecito
y sin un escáner expedito
que la certeza acredita
espero la mujercita
que a la vida me encariña.
Cincuenta y seis años después,
en un continuo correr
con sus altas y sus bajas
definida la salida,
la mejor de las alhajas
es ella, la mujer
más importante de mi vida.
- Autor: vateignoto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2021 a las 20:31
- Comentario del autor sobre el poema: Año 1965, Cuba, podías comprar la canastilla en un solo sitio: La casa del Niño. Cercana al parto le daban una tarjeta de asignación a la madre, mas, eran muchas a alumbrar y pocas canastillas por lo que tocaba hacer la cola de hasta dos días en el portal del establecimiento. No se hacía escáner que identificara el sexo en esa época, por lo tanto, azul o rosa. Lo tuve claro.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
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