He quedado sin respiración
Mi propia sombra me la usurpa
Acudo a la memoria
Y encuentro un montón de cenizas
En franca huida
Me doy cuenta
Que ya pasé de los cincuenta
Nadie me otorgo salvo conducto
Y tener estaciones
En esta época no se perdona
Me siento a meditar
Entre mandriles y lechuzas
Me miro a los espejos
en cada quilla con azogue
Y ahí está mi rostro
Con los mismos ojos
Y el mismo corazón
Entonces por qué este desespero
El martillar
De palabras angostas
Las erosiones por todos los costados
El cabello despeinado
Los labios en erupción
El pánico metido entre los bordes
Cuando más segura estaba
De qué tus brazos
Estarían extendidos
Hacía los míos
Como antídoto perfecto
En qué ruina
cambiaste de estrategia
Si nunca fuiste manso
¿Por qué miro y no veo
Por qué veo y no miro
Y continuo en este agujero
¿Dónde no encuentro espacio?
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