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Ojos que delatan sonrisas.
Las manos no acarician y la boca se sobrecarga de besos que no puedo dar.
Un ángel coronado decreta el fin y señala que
hoy puedo morir cariñosamente
envuelta en abrazos.
Como revancha
sobre la máscara
mis ojos lo miran
y sonríen.
Aún sonrío.
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