Metade

De mi te vas diferente

Con otro filo que brillar, más elocuente

Con una luz en la mirada propia de quien busca en la noche el camino...

Que llegue alguien y te lo cuente...

No es lo mismo que explorar...

Cambia tu visión, se acomoda al palpar tu retina contra la mía...guerra fría y provocadora...

En la que no se sirve comida...

En ningún lugar...

Aquí llueve, y solo eso importa.

El aliento de los bosques murmurar que me conoces, un destello fugaz...

De aquí sales diferente, sin predisposiciones enseñadas y oníricas, con la trama de una vida misma, acción y suspenso, temor y nostalgia, se huelen lo vientos, se palpan, y se experimentan en el momento. 

Como frío en tu mejilla, como lenguas de agua en terreno inospito, y luego recuerdas que has llegado donde no ha llegado nadie...y te detienes a disfrutar el logro, la sincronía de los mares aún de lágrimas, la sinfonía de las aves y los chasquidos del fuego...

Tu voz una nave en donde no quiero viajar...

Tus huellas un rastro que no me interesa ocultar...

Y hace frío...sin indirectas, nada que tramar...

Que trame la vida, que teja cosas, al final soy parte de ese enredo...que confluye en la paz...

Pero no me voy a alinear, al mar verde de congojas, al cielo lila de espanto...ni al la voz del campo...sin antes obtener de mi corazón la hiedra...la maleza de ternura...la espina encarnada en las cosas aullentando al azar, ostentando al ser empedernido...alma de la poesía...visión en tinieblas...desgarrame cada tanto para evitar ocultar el espanto...pararme en la roca y no presumir, no deducir ni encerrar...suponer en vida, no punto final, no escape de la realidad...sentir cada tanto mi lengua vibrar ante el dulce misterio mezclarse con el sincero dolor de la muerte que acaricia cada tanto.