EL POETA QUISO MATAR A LA MUERTE

¿Cuanto amor y sufrimiento será necesario para tener el valor de bajar al inframundo a desafiar a la propia muerte?

El Poeta con tan solo un lápiz y una libreta, bajó a los infiernos
y recitó Poemas que hablaban de Dios, el Demonio como todos sabemos, es el Ángel caído, y al escuchar esos versos, recordó al Señor de cuando le hablaba de Bondad y Amor, fue entonces cuando el Poeta vio a Satán llorar lágrimas de azufre, y aprovechando ese instante, le preguntó dónde vivía la muerte.

Lucifer aún conmocionado  simplemente le señaló una puerta negra, que se encontraba a un lado de donde estaban, y el Poeta con toda su furia y sed de venganza, se fue hacia ella, la abrió violentamente
y entró, la negritud  le invadió de inmediato, entonces oyó una voz gruesa, cavernosa, ostentosa y soberbia preguntarle:

- ¿ Como osas Poeta, atravesar la puerta de mi morada?
- ¿ Como piensas vengarte de mi ?
- ¿ Acaso eres inmortal como un Dios ?
- Solo los Dioses son inmortales, tu solo eres un pobre Poeta
- ¿ Piensas acaso mátarme ?
- Jajajajaja jajajaja, seguramente te has vuelto loco, o eres idiota,
y todo este teatro has montado para vengarte de mi, porque me
llevé a tu esposa, está muy claro que no has pensado, que a ella
simplemente le llegó su hora, yo solo cumplo con mi deber, ese
es mi trabajo, vete de inmediato, que en mi calendario aún no ha llegado tu momento glorioso de pasar a la historia, pero si me enfadas, lo rompo en mil pedazos y adelanto tu día y tu muerte
que nunca olvides que siempre será mía.

El Poeta que había llegado hasta allí, para vengarse de la Muerte por haberse llevado a su amada a tan temprana edad, le contestó lleno de Irá :

- Eres despreciable Muerte, mi mujer era muy hermosa y con su mirada brillante y transparente, cada vez que me miraba, más cada día de ella me enamoraba, vivimos juntos muy felices, disfrutando
de un amor que fue único, tierno y apasionado como ninguno, pero no hay felicidad eterna, pues si la hubiera, acabaríamos olvidando
la tristeza, y la felicidad perdería su sentido, y también en esta ocasión para mi desgracia, con tu acción, sobrevino mi tragédia, llegaste tú, con todo el traidor sigilo, y te la llevaste a su final destino a mi amada que tanto la he querido, que tanto yo la amaba, y mi corazón chorrea sangre y clama venganza, porque no puedo vivir sin su presencia, te ruego Muerte, que me la devuelvas, llévate a otras
en su lugar, pero a mi mujer te exijo que me la traigas ahora.

El Poeta mientras hablaba, no podía evitar que pareciese que recitaba, e instalado en su bravura, obviamente se olvidó que estaba en la propia morada y presencia de la mismísima Parca. El caso es que una serpiente venenosa, obedeciendo una señal de la Nona y que pasó al Poeta desapercibida, mientras a la Muerte reprochaba su dolor e Irá, la serpiente le mordió en el pie inoculándole el veneno mortal y haciendo que cayera muerto de inmediato sobre el negro escenario donde sin pensar en las consecuencias no suplicaba, no pedía, ni rogaba con su furia...el Poeta exigía.

La Muerte una vez más cumplió su misión, ella mata sin compasión, solo los Dioses se mofan de ella, por eso se esconde en el
inframundo, para no acordarse que hasta ella tiene como todos, ese punto de flaqueza, aún que no hay que olvidarse, que la Parca nunca perdona

En cuanto al Poeta que desafió al demonio, bajando al inframundo para querer matar a la propia Muerte, solo se puede decir, que era
un loco soñador ciego de amor, y con su muerte pagó su osadía a
un alto precio dejando su vida, que fue lo que no quería, seguramente nunca pensó que el escribiría ese mismo día su propio y último Poema.

Mael Lorens
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de Autor 02/01/2021