Disipando la penumbra
de caminos y veredas,
un sol tibiecito alumbra
y acaricia mi Arboledas.
Maravillado contemplo
como huye la oscuridad;
se ilumina nuestro templo
Santísima Trinidad.
Se levanta un nuevo día
presagiando mil calores
y así, con la Eucaristía
se reanudan las labores.
A cuidar los animales,
a dirigirse a la escuela,
a labrar los cafetales,
a producir la panela.
A cumplir nuestros destinos
metiendo cariño y manos,
de orgullosos campesinos
y buenos arboledanos.
Una nube grande y rubia
se posiciona en el cielo,
derramando suave lluvia
que refresca nuestro suelo.
Con acelerada prisa
cada quien en su quehacer
ve como el día agoniza
y llega el anochecer.
Nuestro pueblo así descansa
entre penas y emociones;
manteniendo su esperanza,
recibiendo bendiciones.
©🚶👣🇨🇴 El Peregrino…
- Autor: El Peregrino (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de febrero de 2021 a las 00:33
- Comentario del autor sobre el poema: Impresionado por la belleza que se puede apreciar en un amanecer del hermoso municipio de Arboledas, territorio vecino de mi pueblo natal donde laboro y en el que me siento como en casa, gracias a la amable hospitalidad de sus habitantes; surgieron estos versitos que de manera sintética describen lo que podría ser la rutina de un día, en las comarcas del Gran Cacique Cínera. Un sencillo y sincero homenaje de mi incipiente pluma, para una tierra a la que he aprendido a querer como propia y de la que he recibido mucho bien.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, alicia perez hernandez
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