Mi alma tiene hondas heridas pero vive.
Ellos, mis latidos, son el llanto diligente
de una tristeza que se niega a dejarme.
Siempre el corazón arrastra la pena.
Por eso, Padre, a ti solo puedo clamar.
Tú, nunca Padre, me has abandonado.
****
Pensar no se puede, si solo sientes.
La razón no tiene luces, solo dolor.
Ay, si este desatino fuera por hombre.
Pero, no, es por la tierra que se va.
Si alguien me ofreciera la eternidad;
diría, Padre, que es poco por el suelo.
****
Oh, Señor, tu eres testigo de mis rezos.
A ti, solo acudo para sanar a los niños,
ancianos, moribundo y descarriados.
Hoy debo pedirte ayuda en esta lucha.
Mientras esté en este averno te llamaré.
A ti Señor, clamaré por santa bendición.
Consciente estoy padre que nunca fallas.
****
¡Conozco por tus hijos, tu misericordia,
sé que con tu verbo inspirarás concordia!
- Autor: Rainajim (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de febrero de 2021 a las 19:54
- Comentario del autor sobre el poema: La fe en mi Señor Jesús, siempre inspira mi corazón por la humanidad y por el bien de todos los seres que habitan esta tierra.Amén
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, alicia perez hernandez
Comentarios1
Todo tiene su gracia, lo que pasa es que solemos ir con la cabeza baja, y para ver la felicidad solo hay que levantarla.
Muy cierto, gracias por tu aporte.
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