Doña lnés:
Por fin te tengo ante mí,
harta de esperar ya estaba,
vengo a decirte Don Juan
que aquí tu vida se acaba
y que tendrás que pagar
por la buena o por la mala.
Don Juan:
¡Por Dios! ¡Doña lnés!
No empieces.
Ya estás dando la tabarra,
acuérdate del sofá,
lo bien que te lo pasabas
y que siempre querías más.
iComo nunca te cansabas.
Yo me tuve que emigrar.!
Doña Inés:
Eres un flojo Don Juan.
Mucha labia y poca vara,
prometías sin cesar,
pero nunca te alcanzaba
y me dejabas tan mal
que no llegaba al final
por mucho que me esforzaba.
Don Juan:
¡Qué cierto es Doña Inés!
La gloria te prometí
y no te pude cumplir
dejándote en la estacada.
Doña Inés:
¡Clemente Diosl Yo te imploro,
castiga ya sin piedad
a este charlatán, Don Juan,
convirtiéndole en un loro
que nunca pare de hablar.
Fin.
- Autor: SERAFIN ZAPLANA ( Offline)
- Publicado: 12 de febrero de 2021 a las 17:15
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: LUIS.RO, Augusto Fleid, alicia perez hernandez
Comentarios1
Que promiscuos son los dos,
el tal Don Jun y la Inés,
que lavaban sus pecados
dale que dale otra vez.
Así forjaron su historia
con jueguecitos obscenos
erotismo algarabía
¡que rico es andar sin frenos!.
¡Ay Don Juan del alma mía!
que cosquilleo me da usted.
Si, Si, eso creo que decía.
¡salvaje sea su merced!
Me gusta su poema dialogo. Saludos
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