Dulce amor, llegaste un día cuando mi vida estaba en agonía, secándose en el áspero trance que otro sueño dejo.
Creyendo insólitamente en una excitación de cuento, en una maniobra con besos y es la burla que tomo mi aliento, es un romance que siempre estuvo muerto en la verdad de tu vida, y en la otra vida que es mi vida vivía una esperanza fallida que alimentaste con tus gestos, era solo cuestión de tiempo.
Dulce amor trajiste un día la ilusión a otra mañana, el entusiasmo de no perder nada de creer cuando se ama.
Dulces palabras, dulces miradas, ¿Por qué te encarnaste si no sentías nada?, ¿Por qué me marcaste y luego me fallas?
¿Qué hice mal en esta vida para merecer tanta tristeza?
¿Es la soledad mi única amiga y en la pena me quede presa?
¿Es que vago por un mundo en donde el amor se burla de mí?
¿Es la torpeza de seguir un rumbo donde la vida busca morir?
Yo te quería, ya te olvide, que lastima cuanto te amé.
Vuelvo a amar vuelvo a caer que lastima no pude aprender.
Será el hecho de dar lo que se convierte en placer,
como algo tan fantástico se puede convertir sarcástico.
Cómo un beso no existe cuando el que lo recibe no entrega, entregar esa risa que en los labios esta muerta para despertar el amor que en el alma dormido se encuentra.
- Autor: Luisa Arias Soto (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de agosto de 2010 a las 23:27
- Comentario del autor sobre el poema:
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 111
Comentarios4
• Es un gran placer el haber leído tu poema, en la distancia, os envío mis respetos y cariño..
• Besos de quien te visitó y leyó..
Muchas gracias, el placer es mio...
Bello poema mi dama, triste, no se mienta no lo ha olvidado, si no no hubiera escrito esas hermosas letras de sufriciento y rencor por ese amor que le pago mal!
Saludos y un abrazo.
Muchas gracias... es probable que en ese momento no lo hubiera olvidado, pero hace mucho que lo escribí y lo tenía guardado en el baúl de los recuerdos, por otro lado me alegra que te gustara
Y nunca dejaran de ser tristes eses besos que no existen cuando el que recibe no entrega. Nunca dejarán de ser tristes.
Y nunca se aprende. Hay que besar muchos sapos para encontrar al príncipe.
Animo.
Besos.
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