**~Novela Corta - La Calle del Olvido - Parte I~**

Zoraya M. Rodríguez

El cristal de sus ojos sólo se dejaba llevar por sus reflejos, porque cuando ella se vé en el espejo, sólo ella ve una mujer decidida, capaz y hecha y bien fuerte, si era ella, la mujer llamada Cristal. El futuro no era claro, y la bola y toda las astrologías no le permitían ver el futuro a través de la bola, sólo ella lo acontece por la intuición que tenía y más con la bola de cristal, pero, aunque no, no era la bola de cristal sino sus ojos claros del azul del mar, los que la hacían ver el futuro claro, contundente y tan eficaz como la verdad de lo que pasaría en el futuro muy cercano. Ni los signos zodiacales ni la bola de cristal le decían nada ni las voces ni Dios ni el diablo, sólo la intuición, la forma de ver el futuro no era ni en cartas ni por el cielo ni por la tierra sino por la intuición. Cristal, sólo lo sentía y lo percibía, de que era el final y se acercaba ya. Si ella tenía sus clientes predilectos, los que siempre le pedían que les leyera el futuro o que le hicieran algún trabajito de brujería, de esos de los que hacen maldad a la gente. Cuando en el ámbito profesional se dedicaba a laborar como la pitonisa más diestra del barrio y de todos los momentos. Nunca fallaba ni le faltaba su bola de cristal, para a través de sus ojos de cristal, de ojos de mar azules como el cielo celeste, predecía el futuro en contra de todo y de todos. Cuando en la calle donde ella reside, pues, muchos a favor y otros en contra de sus labores como bruja, si era la bruja más hechizadora de todo el barrio. Porque cuando en el albergue de todo, y más de su corazón, sólo ella quería expresar la verdad del futuro a cada quién. Y sí, que lo puede y lo logra con un sólo vistazo hacia el futuro, con una visión alterna, y con un sólo reflejo el de sus ojazos azules como los del mar. Sólo se debía de creer en el empate y en el embrujo por saber de la verdad del ese futuro. Si era la calle del olvido, la calle donde ella reside, cuando llegó desde muy joven a esa calle y era llamada la calle del olvido. La que en el alma, se debatía en ser como la calle más febril de todas, porque había de todo, desde niños, los cuales, le temían, los adultos que la aborrecía por ser bruja, jóvenes que iban en busca de qué les depara el futuro, y clientes asiduos a ella, en que sólo el destino y el futuro lo veía ella, como abrir a la bola de cristal y saber lo que el futuro depara. Cuando en el cristal sólo lo veía ella como toda astróloga. Ella, Cristal, como se llama ella, sólo veía a través del cristal de la bola mágica, y su hechizo de bruja el futuro mágico. Cuando en la magia se debió de creer en el alma y tan pura como el agua cristalina o como el mismo cristal en que ella, Cristal, veía o trataba de predecir el futuro. Cuando en lo profesional de su labor como bruja y astróloga le iba muy bien si tenía una pequeña fortuna en dólares, pues, le iba muy bien y se alimentaba con ello muy bien. Cuando el futuro iba y venía lo que deparaba el futuro mismo. Ella creía que el fin del mundo estaba próximo a suceder, pero, no, no era el fin. Por primera vez falló en algo la bruja más diestra de la calle del olvido. Sólo ella, Cristal, veía el futuro en manos y en la bola de cristal por delante de ella. 

Llega Doña Clara a que le lea el futuro en la carta astral. ¿Y, se veía el futuro?, pues, sí, claro que sí. A Doña Clara, sólo habla con ella de cosas trascendentales, como por ejemplo, de su futuro porvenir, y de haber vaticinado el futuro claro y de un final que nunca llega a pasar. A Doña Clara, sólo quería saber algo que su marido tenía una amante, estaba dudosa y evidentemente en tres y dos, se hallaba ella. Cuando en el trajín diario de su manera de ver el cielo en contra de la manera extraña de ver el cielo le contó de todo hasta del fin del mundo, una interrogante que todo mundo quiere saber. A Doña Clara, sólo debía de saber en una cosa que su marido ¿la amaba o no?, en que el jardín de su insistencia se llena de rosas y con espinas dentro de su pobre corazón. Cuando en el coraje de su corazón, se llenó de iras insolventes, como el de saber de la vida de su marido a escondidas de toda duda y de toda razón. Ella, Doña Clara, sólo se sentía dudosa e inalterada en saber de su futuro con amor o sin amor y con su marido y ella Cristal lo veía tan claro, como el mismo cristal. Veía en la carta astral de la astrología su vaticinio como toda una pitonisa de la vida, del futuro y más del destino prometedor que les esperaba a ella a Doña Clara y a todos por igual, en la mayoría a todos. Ella, Cristal, se vé como un tormento de deseos por parte de su marido, el amor verdadero de toda su vida. Y, por demás, como una diosa del amor o como una Venus, llena de amor. Cuando en el deseo se vió como el torrente de grandes ilusiones adyacentes, de mirar el reflejo a través del cristal, o sea, de la bola de cristal. Cuando en el llanto y en la risa se veía como un alejado, pero, tan cercano como el principio y no como un final en tempestad. Y Doña Clara, quería saber más, pero, la bruja era diestra, tenía que pagar más o volver otro día pagando más. La bruja tenía su labor muy diestra y no todo lo decía, sino que la dejaba con la curiosidad latente para que volviera a ella, luego. Doña Clara, una señora de mediana edad, cerca de los cincuenta años, sólo quería saber una cosa de que su marido la engañaba o no. Nunca, Cristal, se lo dice, pues, el desenlace final de esa relación iba por un mal camino, dejando dolor y sangre en el suelo, y nunca se lo dice. Se va Doña Clara de la casa de la bruja Cristal en la calle del olvido y le promete regresar, ella, la bruja sabía de su futuro no muy bueno ni muy prometedor. Sólo ella se dice para sí misma que, -“si tu marido vuelve regresarás a mí”-. Cristal una bruja inteligente, diestra y con un raciocinio prudente y muy sabio, sólo quería saber una cosa, del futuro del mundo y que le prometía el futuro en el mundo. Veía y leyó el libro de Dios, o sea, La Biblia, pero, ella sólo decía que La Biblia no mentía, pero, no decía del todo lo que prometía el futuro y el final del mundo. Ella, Cristal, sólo veía hambre y soledad, un fuerte derrumbe terrestre y un mar muy bravo. Sólo, ella sabía de una cosa que venía y que llegaba el fin del mundo, y era muy certera en eso, pero, ¿cuándo?, ¿cuándo iba a acontecer todo ésto?, si antes o después de lo que dice La Biblia. Ella, veía un animal muy terrible sobre las personas devorando la carne humana y apeteciendo a su devorador estómago con carne humana, pero, ¿quién es ése animal devorador?, y ¿por qué sobre la humanidad?. El cristal de la bola, le decía eso y lo veía entre sus ojos azules de mar. 

Si, Cristal, sólo veía en esa bola toda la verdad en florecer o destruir el fin del mundo. Cuando el mundo iba y venía solo y en soledad, caminando todos por igual, llorando y riendo todos, haciendo sol y lluvia, habiendo de todo en el mundo, unos con hambruna y otros llenos de alimentos. Si el mundo iba como todos los días, cuando en lo terrestre ya se arrastraba como el mar perdido en el litoral o costas y ella, Cristal, temerosa del vaticinio de ella y sin poder expresar nada a la humanidad, porque no tenía el medio posible en decir y predecir lo que iba a acontecer, pero, ella, Cristal, si se dice que el silencio, es como dividir la tercera parte de la tierra en mar, porque el silencio lo era todo y más se decía ella que en la soledad máxima se creía en que el mundo ya acaba. Cuando el final se debía de creer en el suplicio o en la condena de creer en soportar la terrible tempestad en que llega o se avecina. Cuando en la calle del olvido, se creyó en el combate de ver el cielo de azul, pero, aunque no era así, porque en el mundo se veía venir y llegar el fin del mundo. Y Cristal, se vió aterrada, pero, firme en su premonición y vaticinio del futuro en el mundo. 

Llega Doña Clara, otra vez, a su residencia en la calle del olvido a que le diga acerca de su marido si tenía una amante o no. Cuando en la calle del olvido, se aferró hacia el destino feo e impetuoso del tormento en que se veía llegar el fin del mundo. Doña Clara y sin saber nada de ese futuro en que el deseo se vuelve clandestino y tan fugaz como el tormento, o como la estrella en el mismo cielo. Cuando Doña Clara, sólo quería saber más de su relación con su marido, cuando en el convite de lo extraño, extrañaba ya esa pasión y esas caricias en su piel de miel. Ya su marido con era el mismo de antes ni le daba amor como antes. Cuando en el serio camino se dió el futuro como un futuro en premonición en que el mundo ya se termina. Cuando Doña Clara, tan clara todavía y en eterna lucidez, quería sólo en saber si su marido tenía una amante, en que le daría de todo y a ella la dejaba sin nada. Cuando en el tiempo, sólo en el tiempo caduca como expiran las horas inertes dentro de un reloj. Si como un mar son sus ojos sin dejar un lago a cuestas de la visión que poseía por el futuro venidero. Se queda una luna en el cielo y un sol devorado por el mismo tiempo. Si era Cristal, la bruja en la calle del olvido, cuando en el desenlace se vió el fin como órbita lunar, cuando su esencia no caduca jamás sino como al mismo tiempo. Si en la calle del olvido, quedó como principio de un sólo ocaso cuando en la noche llegó. Y Doña Clara todavía hablando con la vidente y con la pitonisa, acerca de su futuro y sin saber ni percatarse de que el mundo había comenzado a dar señales de que el fin ya llegaba. Cuando en el fin se dió lo que más pasaba, cuando el sol comenzó a decaer y a dejar a la ciudad en oscuridad, pero, Doña Clara continuaba hablando con la vidente Cristal, con la carta astral y de sus signos zodiacales cuando ella le decía que era Virgo, y tan vigorizante era ella, con tanto vértigo que le daba la vida, y con tanta vertiginosa pasión que era muy feliz, cuando en el alcance de la vida lo que enreda la esencia y la presencia, en una rica ausencia de la vida misma. Y el sol ya opacaba el mundo, cuando en el ocaso se le advierte al mundo en que ya se iba el sol por donde más cae el sol mismo. Cuando en la carta astral, de Doña Clara, le decía que su marido era una persona buena, de buenos sentimientos, y de un mundo lleno de bondades, como lo era él, pero, llegó un instante en que no fue así, y Cristal sabía la verdad y tan impoluta como el mismo aire o como el mismo viento. Cuando en el momento de ver el cielo de gris, y tan azul como la misma noche, se vió aferrada Cristal a su premonición y vaticinio del mundo en que vivía. Cuando en el momento se vió aterrada al futuro incierto, pero, tan verdadero como la pura verdad. Cuando en el altercado de la realidad y de las impurezas dadas en el mundo, se vió inalterada la forma más cruel de ver el cielo de añil en la noche tan fría. Cuando en el instinto de ella y en la cruel intuición ella veía el futuro en el sueño o en la intuición, de creer en el futuro incierto. Y sí, era ella, Cristal, la que con la bola de cristal, ve y percibe el futuro como el mundo caer en un sólo derrumbe, cuando sólo habla con Doña Clara, viendo tan clarito el futuro. Cuando en el instante se vió aferrada y tan claramente y evidentemente ella, Cristal, con la destrucción del mundo. Cuando ella habla con Doña Clara, acerca de su marido y de que si él le era infiel con su amante. Cuando en el combate de creer en el instinto y en el capricho, de que el mundo se acaba, sólo iba por la manera de creer en el futuro incierto. Y más en el instinto de ver el cielo de gris tormenta, cuando en verdad y quizás no era así. Y Doña Clara, le pregunta de que el instinto fuera como el mal deseo, pero, tan real como la verdad, cuando en el ocaso pinta como el flavo color de un bello atardecer. No era invernal, ni con fríos en la piel. Cuando en el comienzo de todo era como el mismo descender de la misma forma en que el viento hacía un remolino en el suelo. Cuando en el mar de sus ojos,  sólo ella, Cristal, vé el futuro en una bola de cristal la que tenía la mala o buena suerte de ver el cielo en la bola de cristal y más entre sus ojos de mar.   

 

Continuará………………………………………………………………………………………………...                                             

  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 15 de febrero de 2021 a las 00:06
  • Comentario del autor sobre el poema: Cristal observa a través del cristal de sus ojos lo que vá a acontecer al final del mundo, en un futuro no muy lejano...Mi 6ta novela corta del año 2021, y la 44 de novelas cortas en total hasta el año 2021...
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 37
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