Este destino que de a ratos se esconde
esta veta que refulge en las entrañas
la ropa que fue vistiendo nuestros días
ya no está, hay otra vestida de esperanza.
Apenas hay sombra en las copas,
ni vida, ni sosiego en las miradas
Y de las letras de nuestro canto inmenso
se escaparon raudos los sonidos.
Todo es una verdad guardada en el silencio
en el oro y en el llanto de los amaneceres
y en esta extraña sinfonía de cascabeles y espacios
hemos resistido las tormentas asidos al mismo madero.
Y aún en este salvaje hemisferio que es la incertidumbre
en las selvas del miedo y en la tibiez de los panes
me hago coraza para cuidar tu estampa tierna
aunque pese el andar porque no somos los mismos.
Y así seguiremos marchando alegres y otras lastimados
recostados en los mares de cultivo y en la magia del mañana
en la bruma de la costa casi ciegos, fundidos en las manos
en la savia que hemos dado, para que todo se prolongue.
Y en el epílogo te imagino
acurrucada entre los pliegos aromados
sabiendo que estaré penitente
fundido en las arrugas carnales.
- Autor: Carlos Brid ( Offline)
- Publicado: 18 de febrero de 2021 a las 16:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 49
Comentarios1
El destino es demasiado previsible y yo quiero sorpresas...
Las sorpresas forman parte del destino. Que decidas tu rumbo no quiere decir que no te sorprenderá, sino seria un camino aburrido y llano. lo que intente expresar es el epilogo del amor mas allá de las luces y las sombras que tienen los días.
Saludos
Yo rompo contratos con el destino: quiero volar libre, decidir yo...
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.