CREPÚSCULO

Fernando Endara

El día  termina como un sueño de madera,

la cortina de la  alcoba se tiñe de marfil y plata,

como mariposas en el alma empieza la noche,

las semillas rompen el traje del bullicio.

 

El sereno plateado sobre las piedras las sacude,

muere entonces la antorcha entre los vientos,

el huracán de las quimeras aquieta las sombras,  

quiere soltarse del nudo atroz de los ruidos.

 

Las olas del aroma en el vasto horizonte  se ponen apacibles,

quieto se pone el firmamento cual arcada de delirio,                                

libre esta de ilusiones como los apacibles mares,

 

La beldad del brillo del silencio empieza a palpitar,

como un celestial consuelo resonando sus gemidos,

fresca brisa, prenda de constancia pura.

Ver métrica de este poema
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.