Caramelo…  

Al Duborg

 

Entre murmullos la ventisca, trae el silencio.

Ávido del carmín, ha de conquistar gemidos,

vuela del árbol guiño, modula al ruiseñor.

Tus ojos fulgurantes reflejan el ocaso,

sortilegio quemante, pegajoso almíbar,

tiene sabor la noche, en el auge del amor.

Cosquillas revoltosas, en el tacto minucioso,

mientras se abre la luna, sin que medite el sol.

Que brillen las estrellas y guiñen los luceros,

en tu aliento jazmines, caramelo de rosas.

Los candiles cortejan, escriben un poema,

hay una pausa de besos que subrayan tu cuerpo.

Viento sopla las velas, en lo suave de la hierba,

gimes sobre el cristal, cuando se funde la esperma.

 

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