Corazón de camaleón y de aromas distintos,
aquella mujer que con solo mirarte
te funde en el suelo sin poder respirar,
sin saber que hizo, sin saber qué hará
ni saber porque lo hizo ni porque lo hará.
Siempre sostenía una mirada nefelibata,
circunspecta con los demás,
perdida en la luna como una estrella en la tierra,
ella era oscuridad y a veces luz
pero conmigo ella era tan mía y de todos.
Como si las raíces dieran frutos, yo,
un zarcillo, quise trepar al árbol de su alma,
subir por las ramas de su inconmensurable personalidad
y descansar sobre la copa de su felicidad.
Creo que ya no te quiero misteriosa mujer de piel dorada,
cabellos de lana y ojos de miel
luna, no le cuentes la vida que deposite en mi jardín
pensando en ella, que solo el sol lo sabe.
Tinta de color rojo no te manches en mis manos,
que mis manos solo quisieron tocar las suyas,
en otra vida será, en otra vida caminaremos de nuevo
sobre nubes de otoño e invierno
Romperemos el silencio del bosque más tranquilo
Y nos besaremos sin esperar, el próximo colectivo.
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Autor:
ernesto_FCF (
Offline)
- Publicado: 24 de febrero de 2021 a las 18:13
- Comentario del autor sobre el poema: Amor, desamor, vida y muerte
- Categoría: Amor
- Lecturas: 41
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