La piel mojada
de agua salada,
mis pies descalzos
y sus huellas cansadas;
la arena permite
mis nuevas pisadas:
¡Ya de tanto dolor
... no le duele nada!
Le dolió saberse
un día conquistada,
le dolió sentirse
por miles violada;
la arena que estaba
tranquila en su playa
fue de pronto testigo
de tantas batallas.
Le dolió el día
que esos hombres llegaron,
y creyéndose dioses
... le han esclavizado;
le pusieron banderas,
le inventaron murallas;
y la sangre del nativo
... sepultó su esperanza.
¡Oh! Arena virgen
... ¡mil piratas te ultrajan!
¡Oh! Arena virgen
... y mis antepasados
dejaron dolor y sangre
en tí sepultados.
Sin embargo, hoy permites
mis nuevas pisadas:
¡Ya de tanto dolor
... no te duele nada!
xE.C.
- Autor: Alberto Diago (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de febrero de 2021 a las 04:10
- Comentario del autor sobre el poema: Uno de mis consentidos! Gracias a Poemas del Alma por permitir su publicación. Gracias a mis amigos y lectores!
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: Freddy Kalvo, alicia perez hernandez, Alberto Diago, Jorge Horacio Richino, Willie Moreno, María C., MARDON, Violeta, Kapirutxo
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