...y el crepitar del fuego
en leña de encina aserrada,
provoca en mi
ilusiones como puñaladas
incandescentes azuladas,
amarillentas, frías rojas…
arrebol pululante
al cielo azul.
El aroma del leño
emite pasiones olvidadas
que por la senda de las llamaradas
volatiliza el hollín de los deseos,
de las vanidades.
Saltan chispas malditas
con expresiones fantásticas,
siluetas fantasmagóricas,
maldiciendo a las pacíficas ascuas
en el fondo del ígneo parlamento
salpimentado de explosiones ingratas.
El bocal de la chimenea
semejante de parlamento rasgado
por pandemias de pensamientos, y
apresado por la libertad
de la individualidad colectiva,
humea la densidad del aire.
Mas, sí que es propio,
que sin demostrar principios
se ponga fin
al charlatán sin fin
reduciéndolo a picón
para calentar el brasero.
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