Niebla triste que me encuentra
mirando por las ventanas
de vidrio en la primavera
sin que se vea el final
del jardín de dulce espera.
Niebla torpe, escurridiza,
que me nubla el pensamiento,
la esperanza, la sonrisa,
las ganas de ver mañanas
que no tengan velos negros
ni llantos con sufrimientos.
Niebla que se expande toda
por el pueblo donde vivo,
que llega siempre en silencio,
que cubre plantas y casas
sin tenerles ningún miedo
ni a las pálidas que digo.
Ni el sol ni el pájaro llegan
a atravesar la neblina,
mi canción desesperada
tiene amor que sin permiso
se filtra por mis ventanas
desde donde la neblina
me mira con burla loca
antes que llegue el olvido.
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