Cada noche, a punto de las doce, presa del insomnio, me ataca el silencio y la quietud,
esa quietud corporal que incita a mi ansiedad a devorarme parte por parte,
mientras mi mente revolotea en lo que debería,
para despúes aterrizar en lo que puede y teniendo como conclución la misma de siempre,
nada, nada puedo aun, nada quiero.
tarumba, el dilema es el mismo.
- Autor: Aleva. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de marzo de 2021 a las 23:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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