Bien recuerdo aquel día en que tú me prometiste,
darme todo tu cariño, tu amor y algo más,
y así fue que esa mañana tú muy pronto decidiste,
que serías sólo mía, sólo mía y nada más.
Con mis sábanas tendidas, yo esperaba tu llegada,
todo el cielo estaba claro y había luz brillante,
yo te vi llegar muy pronto, lentamente y callada,
hasta allí tú ignorabas que quizás serias mi amante.
Fue la fuerza del momento lo que pudo convencerte,
ya mis brazos te esperaban con las ansias y pasión,
fue mi mano temblorosa que empezó a desvestirte,
yo sentía muy aprisa el latir del corazón.
Cada vez era más grande, esa angustia de tenerte ,
y sentir sobre mi cuerpo a tu cuerpo estremecer,
tu agitaste mi silencio y las ganas de poseerte,
y así pronto nos besamos hasta el amanecer.
Pues tu cuerpo estaba ardiendo y muy lleno de pasión,
con un gemir alborotado parecías explotar,
lo sentido en ese instante fue una bella impresión,
me abrazaste fuertemente y te dejaste llevar.
Al sentir que ya eras mía, lo grité con emoción,
la mañana estaba llegando y no quise yo dejarte,
quizás ya no volvería a verte, me rompiste el corazón,
muchas gracias me dijiste, pero a ti no puedo amarte
Chimbote 29 abril 2017
- Autor: Federico Mendo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de marzo de 2021 a las 19:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 51
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