Me vi contemplándote, a lo lejos.
Era un clavo en una puerta olvidada,
luego, una vieja silla lastimada por las horas.
Pero sigo aquí,
al menos eso dicen mis huellas y su barro tenebroso,
mi sombra helada.
Aquí, cercanamente lejos,
en una ciudad que solo yo habito
cuando todos duermen
y me enseñó a ser clavo, silla,
a usar los ojos de las cosas
mientras los míos te claman
entre huéspedes y vacíos al mismo tiempo.
LRL
12-3-2021
- Autor: Leandro Rodríguez Linárez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de marzo de 2021 a las 23:23
- Categoría: Amor
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Necrofagotimes
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