Domingo al amanecer, suspirando y mirando al tenue cielo;
la tristeza inunda todos aquellos vacíos aquí dentro.
Y te escucho cantar tal cual melodía de aquel ruiseñor,
y cierro los ojos tal criatura indefensa que encuentra arrullo.
Entre escalofríos quisiera solo vivir para escucharte,
para dejar que mis lágrimas tengan una razón de ti.
Abandonaría cualquier cosa para estar contigo siempre,
hasta renunciaría a mi vida entera y todo esto por ti.
Anhelo tanto el hecho de poder mirarte a esos bellos ojos,
y encontrar todo aquel sentir que en toda esta eternidad no tuve.
Estoy tan seguro que todo estará bien al tomar tu mano,
aún habiendo estado ciego en cada verano que perdí.
Y solo me queda escrutar entre mis sueños esta quimera,
para entender de una vez la razón por la que no estás aquí.
Y hasta ese entonces, aunque solo concierna a mi imaginación,
seguiré soñando con tus ojos, tu sonrisa y el adiós.
- Autor: José Esparza (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2021 a las 12:19
- Categoría: Triste
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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