Pantano de mis recuerdos…

El barrio donde nací
está lleno de recuerdos,
veía un ave volar,
de albadas alas de acero.
Volé el primer volantín
me agarraron los bomberos,
era prohibido elevar,
cometas en ese estero.
Corrí y le dije a mi abuela
¡querían llevarme preso…!
sonriendo me respondió:
te pasa por callejero.
Me puso a hacer mi tarea
para llevar al colegio.
Cucurucho de maní
fue para el llanto remedio,
el susto que yo tenía,
!aún clavado en el pecho...!
soltó el lindo volantín
no supe su paradero.
Terminada mi tarea
me fui a casa de mi abuelo,
llegué a su carpintería,
me dieron un refrigerio,
una “arepa” del fogón,
me desmotaron con suero.
Al rato me reclamó,
por lo del aeropuerto,
yo casi volví a llorar,
él me miró con lamento,
hizo un trompo de madera
para jugar aquí adentro.
En la tierra lo bailé
pero bajo juramento,
de no salir a la calle
o el “mandador” daba pleitos.
Me consentía mi abuela
me consentía mi abuelo,
mi madre se sorprendía,
mi padre me dejó absuelto.

Como olvidar navidad
recibiendo el año nuevo,
se juntaba la familia,
en casa de los abuelos.
Pantano de mi querencia
son mis años de “tremendo”,
de las calles Vuelvan Caras
entre Ayacucho y Camejo,
entre la calle Hospital
y la Veintitrés de Enero,
me paseaba en la Norte
pero sin irme muy lejos.
Llegaba hasta el callejón,
respetando los bomberos.
Luego de aquel “madre” susto
tomé en serio los consejos,
delimité mi Pantano,
dentro de cuatro linderos.

De adulto me he recorrido
todo mi barrio completo.
Entre amigos y familias
tengo infinitos recuerdos,
algunos pasan por malos
de otros, disfruto lo bueno.
Conocí la hipocresía,
también cariño sincero.
Siempre recuerdo los tristes
e inolvidables momentos,
la partida de mi gente
nacida en mi barrio bello,
la ascendencia que me diera
calor y también sustento,
ahora yo los visito
cuando voy al cementerio.