Una rolliza entre muesca y muesca,
comió todos sus órganos, menos uno,
le permitió conciencia de ser viviente y pensante,
de su roer, que fue destrozando irrevocable el
símbolo de las crepitaciones.
Y era un cadáver como de coraza de coleóptero,
pero viviendo duelos en su cuerpo.
- Autor: Jesús Oscar Ugalde ( Offline)
- Publicado: 16 de marzo de 2021 a las 11:48
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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