Todos imploran a su cielo correspondiente,
el sordo trinar al estallido de cualquier fe,
todos en un grito,
más como un murmullo de plegaria.
Implorar, el necio, ese permanente deseo,
implorador, cualquiera puede postrarse indigno.
Bastaría restablecer una feliz orfandad celestial.
- Autor: Jesús Oscar Ugalde ( Offline)
- Publicado: 19 de marzo de 2021 a las 11:35
- Categoría: Religioso
- Lecturas: 29
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