Va inevitable la marcha, la ceremonia,
se entrecierra y enlaza dos quietudes,
ritual tan repetitivo, un acepto,
dos afirmaciones,
y sus nupcias se confirman,
es una cuasi eterna tradición,
invocarse los nombres queridos,
como si llegase a ser un noble cortejo.
Gritan estar en las horas de noche marital,
en la novedad, alegría al andar…
- Autor: Jesús Oscar Ugalde ( Offline)
- Publicado: 23 de marzo de 2021 a las 11:21
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 32
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