Microcuentos XX y XXI
- La Regla Azul
Había una vez una niña llamada Rosa que tenía una regla azul y ella la quería de color rosa como su nombre. Llegó hasta a su maestra y le dijo -“yo quiero la regla de color rosa y no de azul”-, y la niña lloraba tanto que la maestra lo que le pudo hacer fue adherir una cinta adhesiva a su regla azul y la convirtió en rosa como su nombre.
Moraleja: “Hacer feliz a alguien te hace grande”.
2. El Castillo de Arena
Había una vez una playa en el norte del pueblo y en ella un joven llamado Julio, y precisamente era el mes de julio, cuando en esa playa realiza una competencia de hacer castillos de arena, y cuando lo logra hacer un castillo de arena viene el mar y se lo disuelve.
Moraleja: “No todo lo que puedes hacer queda realizado”.
3. El Perfume de Rosa
Había una vez una joven llamada Rosa con aromas de rosas en su piel. Un día va a la perfumería y queda contenta con un perfume de claveles, y ella, perfora a la piel con el perfume de claveles, y en vez de parecer una joven parecía un jardín de flores.
Moraleja: “La vida es un perfume de rosa”.
4. El Caballo Blanco
Había una vez un caballo blanco por el monte. Y se llamaba Unicornio, José lo mira y lo observa, era un caballo mágico, cuando su eternidad es el cuerno del unicornio, cuando en el tiempo y en el ocaso corría por el monte, cuando de pronto, toca el cuerno y se desparece, cuando sabe que es tan mágico como el arcoiris en el cielo dejando ver los colores mágicos, de pronto, vuelve y lo toca y aparece José, como un mismo unicornio.
Moraleja: “Lo desconocido se vuelve conocido cuando lo conoces”.
5.Los Zapatos de Francisca
Había una vez una niña llamada Francisca y tenía los zapatos mágicos de Francisca. Esos zapatos le hacían volar por los cielos, cuando en el cielo ella pertenecía sólo decía -“tubúbú”-,
y los zapatos mágicos la llevaban otra vez hacia el suelo.
Moraleja: “La magia hace hacer feliz a cualquier niña que tenga zapatos mágicos”.
6. Recordando la Canción
Había una vez una vieja canción que le hacía recordar su pasado. Cuando, de pronto, se hizo joven con tan sólo recordando la canción y se hizo joven cuando en el momento se hizo la canción más joven del mundo, cuando, de pronto, se hizo trascendental y olvidó su pasado, pues, no, si recordando la canción recordó más su pasado.
Moraleja: “Recordar hace que te vuelvas joven, aún pensando y recordando el pasado”.
7. Las Pisadas de Andrés
Había una vez un camino. Y Juan lo pisaba con las pisadas de Andrés. Y las pisadas mágicas de Andrés, le hacían caminar lejos desde el principio hasta el final del camino, y le hacían volar desde el suelo al cielo, y lo hacían ver magia pintada en el camino. Y era una bella sensación que le hacía volar.
Moraleja: “Lo importante de todo es que se empieza como se termina”.
8. La Paloma Perdida
Había una vez una paloma cuando creció con la purina que le daba su dueño. Y volvió y se perdió en el cielo al volar lejos, cuando al cielo llegó, y supo que el viento lo era todo para poder volar con sus alas mágicas y se perdió lejos de su amo.
Moraleja: “Cuando logras llegar al cielo sabes que se pierde el amor al dueño”.
9. El Caballo Galope
Había una vez un caballo semental que iba a galope. Si en el camino se halla con una piedra mágica, cuando el caballo vuela lejos, desnudado el camino con su fuerza del caballo galope. Cuando logra llegar al cielo y se dice -“yo no pertenezco al cielo sino al suelo”-. Cuando la piedra fue y será como la magia de un destino, pero, sin camino y con nubes.
Moraleja: “La vida a veces te dice que no perteneces a un lugar cuando eres de otro lugar”.
10. La Cotorra Canta
Había una vez una cotorra que canta. Ésta cotorra fue domada para expresar palabras. Había visita en el hogar de Juan, el dueño de la cotorra que canta, le hace advertencia que quedara callada, pero, la cotorra canta y les dice a la visita que -“caca ay, caca aquí”-, cuando la visita la vé la cotorra había expulsado caca la cotorra que canta.
Moraleja: “A veces la cotorra habla y dice la verdad”.
11. El Fantasma de la Casa
Había una vez en la casa un fantasma. Y ése fantasma de la casa se rió de un zombie dormido y le dijo que -“tus ojos aún están despiertos, no duermes”, y el zombie le dijo que -“si yo siempre duermo así”-, y el fantasma de la casa le dice que -“no, no, no, no si tú siempre estás despierto”-.
Moraleja: “No todo lo que se vé puede ser cierto”.
12. Alto el Césped
Había una vez un jardín lleno de un alto césped. El alto césped siempre se recorta con la podadora, pero, llega una cabra y recorta el césped comiendo del alto césped. Un día el
dueño de la cabra vende a la cabra y quedó con el alto césped.
Moraleja: “La vida cambia de repente con tan sólo un error”.
13. El Ojo que Observa
Había una vez un ojo que observa la vida misma. Un ojo dentro del corazón de un joven llamado Matías, y el ojo que observa se detiene a observar la vida, pero, cuando el joven muere, el ojo quedó a la deriva y nunca más tuvo más vida que observar.
Moraleja: “Sólo la vida da vida y el ojo de la vida tiene más vida”.
14. El Vestido color Café
Había una vez un vestido color café, el cual, dibujado en el vestido tenía fresas. Un día la niña Jacinta se viste con el vestido color café y se rompe en mil pedazos cuando sus tacos se enredan en el vestido color café y porque se empeñó en tener ese vestido color café y lo tuvo sí.
Moraleja: “No siempre se tiene lo que se quiere y se espera lo mejor de ese deseo”.
15. El Zumbador Volador
Había una vez un zumbador volador, en el jardín extrayendo el néctar de las flores, cuando, de repente, llega un depredador a atrapar al zumbador sin percatarse de ello, cuando, de repente, se da una fuerza extrasensorial en poder observar al depredador y voló y era el zumbador volador.
Moraleja: “Lo que escapa de las garras de la muerte puede que sean las alas de la vida”.
16. La Lluvia que Cae
Había una vez una lluvia que caía del cielo, cuando, de repente, cayó granizo del cielo, cuando la lluvia cayó torrencialmente y fue el granizo más fuerte de la temporada y que la lluvia que cayó.
Moraleja: “La fuerza que hay es más fuerte que la misma fuerza”.
17. El Destello del Sol
Había una vez un joven llamado José que mira a los rayos del sol como un destello del sol, cuando, de repente, se hace como nace el sol, con destellos universales como las estrellas del mismo universo. Y la nieve se derritió con la misma forma de ver el destello del sol, cuando en el ocaso se amarró el sol a la nieve y la derrite.
Moraleja: “Que el sol es la luz universal que hoy destierra a la nieve como la derrite”.
18. El Árbol Dorado
Había una vez un árbol dorado en el bosque, cuando, de repente, se taló como la madera más fina del bosque, y se llevó una sorpresa el talador del árbol que traía unos gnomos en el corazón de la madera. Y uno le dice que, -“oye, tú que talas a éste árbol, no ves que es vida”-, y el talador le dice, -“oye, tú crees que la vida no te necesita”-.
Moraleja: “A veces la vida es como más la necesitas”.
19. El Mosquito Azul
Había una vez un mosquito azul entre el monte. Y éste mosquito le dice a otro mosquito que -“¿oye, ya viste mi color?”-, y el mosquito azul le dice -“si los cucubanos son verdes, pero, yo soy azul”-, y el otro mosquito le dice -“no te preocupes si así es el cielo”-.
Moraleja: “Si el color es de un sólo color, no te olvides que en lo más hermoso también existe ese color”.
20. La Calle Azul
Había una vez una calle azul y una joven llamada Rosa, cuando en la calle se dibuja un corazón de color rojo. Cuando, de repente, la calle se torna de color violeta y fue la fusión de esos dos colores que convierte a la calle de color violeta.
Moraleja: “No todo se mira y ni quizás es el color verdadero”.
- Autor: EMYZAG (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de marzo de 2021 a las 00:06
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 32
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